Aunque no ha sido reconocido como tal, nuestra ciencia ya tiene la versi n racional, matem tica en nuestro espacio de referencia, del Principio Primordial que rige la composici n y el comportamiento de las redistribuciones e interacciones energ ticas de todas las componentes temporales de la estructura que establece y define a la Unidad Existencial o el Universo Absoluto sobre el que tiene lugar y se sustenta el proceso existencial, incluyendo el proceso UNIVERSO. De este Principio Primordial, inherente a la estructura energ tica multidimensional de naturaleza binaria de la Unidad Existencial y su configuraci n como Sistema Termodin mico Primordial, se derivan todas las expresiones que rigen las manifestaciones en nuestro universo y en nuestro entorno energ tico de la Unidad Existencial que alcanzamos desde la Tierra, y permite reconocer el campo primordial sobre el que se consolidan todos los campos de fuerzas. As como el conflicto aparente entre el Principio de Conservaci n de la Energ a y la Segunda Ley de la Termodin mica se debe simplemente a no haber reconocido que el universo no es la Unidad Existencial sino parte temporal de ella (y eso nos lo dice indiscutiblemente la presencia previa de la energ a del entorno existencial cuya expansi n dio lugar a nuestro universo), as tambi n el no prestar atenci n al principio de que ning n proceso existencial puede dar lugar a nada m s inteligente que la referencia del proceso, ni que el algoritmo de proceso del que resulta, es lo que no ha permitido hasta ahora a nuestra especie humana presente en la Tierra reconocer y establecer consciente, voluntariamente, la relaci n energ tica entre el proceso SER HUMANO y el proceso del que proviene. La coherencia y consistencia expuestas en las bases del Modelo Cosmol gico Unificado nos permite explorar no s lo el Origen Absoluto del proceso existencial, su componente temporal el proceso UNIVERSO y sus leyes, sino el componente que es consciente de s mismo, la FUNCI N EXISTENCIAL CONSCIENTE DE S MISMA, la Consciencia Universal, Dios, de la que somos unidades inseparables.